Por el mismo surco…
No es casual que los Agricultores andamos como se dice coloquialmente, por el mismo surco, como si fuera la hora de realizar una labor para beneficiar nuestra parcela, así es como veo al día de hoy al Sector Agrícola, organizado en un solo frente y por un solo camino.
No es fácil el reto que tenemos enfrente, no se va a resolver desde la comodidad de nuestras pequeñas o grandes fincas agrícolas, nadie dijo que la solución vendría del mar para los pescadores o que fuera tan sencillo como la calma con la que se pastorea un rebaño.
Hoy lo vientos tienen olor de tristeza e insatisfacción, el sector agropecuario de México, el que produce, el que mantiene las mesas con alimento sano y de calidad, está despertando amargamente de un sueño en el que hubo la confianza que llevo al triunfo a los que hoy nos han traicionado.
Si amigos, pareciera que esta cantaleta es aburrida e incluso desgastante, pero no es inútil y creo que a partir de unos días para acá, empieza a marcarse el surco por donde todos caminaremos haciendo la labor que nos permita continuar en la actividad.
A una sola voz, las organizaciones de Sinaloa, están llamando a sus agremiados, ellos con la cara llena de esperanza acuden a los llamados buscando en la palabra de los liderazgos, el sentido, la dirección para lo que está por venir para algunos, quizás menos de 60 días.
Ya se ha dicho hasta el cansancio, que para Sinaloa no hay nada en los renglones del Presupuesto aprobado por los que hasta hoy consideramos Traidores a nuestra causa, aquellos que prefirieron quedar bien con el color y el partido, que con el pueblo que los eligió.
Como entender que los representantes del pueblo de Sinaloa, permitieran que a la actividad más importante del estado la dejaran descobijada, confundieron el sentido, el objeto y el fondo de lo que significa hacer una política pública acorde con los tiempos, se negaron la posibilidad de hacer justicia para aquel que ha sido en tantas ocasiones burlado, consumaron así la más cruel barbarie contra los que producen los alimentos que también ellos llevan a su mesa.
En todas las asamblea que se han convocado, el sentir es el mismo, no hay distinción de Sectores, a todos les llego el agua a los aparejos, nadie puede decir que saldrá victorioso con los precios que publican segundo a segundo en el mercado de futuros de la Bolsa de Chicago.
Para nadie es desconocido que al desaparecer Aserca y no contar con la supervisión de un árbitro, aquí no pasara lo que dice la biblia de David y Goliat, aquí el pez más grande se comerá al más chico y se volveremos a presenciar como testigos principales el viacrucis que se vivimos en el ciclo de pasado reciente.
El precio que muestran los futuros, no es el problema, la compra de coberturas por medio de un crédito, tampoco lo es, nuestro gran problema cíclico, recurrente y con resultados catastróficos es la imposición de bases para los granos, ese diferencial que nos debería hacer competitivos ante un mercado abierto, y que debería ser por lo menos lo es en teoría, un mercado global, claro, transparente donde se les enfrenta de igual a igual, a competir para lograr un comercialización que beneficie a todos, atendiendo a sus capacidades, con calidad, inocuidad y sobre todo no permitir los monopolios y la depredación de productores.
Letra muerta, no tenemos quien de un centavo por nosotros, las fechas se agotan y los esquemas no nos favorecen, no hay voluntad de quien ejerce el Gobierno, con una Secretaria de Agricultura, que ante la reducción de presupuesto, está destinada a desaparecer al igual que la ya casi extinta Aserca y que seguramente pasara a ser un apéndice de las consentidas del titula del Gobierno de la cuarta transformación, el poderoso presidente Andrés Manuel López Obrador.
El Sector Agrícola de Sinaloa, está dando muestra de organización, de conocimiento de los problemas que nos aquejan, demuestra que tiene experiencia en los temas de comercialización, no le teme a la competencia, siempre y cuando esta sea leal, clara y transparente y le reclama con justicia a aquel que se olvidó de asignarle recursos públicos, que no genera condiciones para la competencia y menos legisla para que se avance en los temas que aquejan al sector y a México.
Día a día, en todos los sitios donde se ha convocado a los productores, estos acuden puntualmente, con sus propios recursos, sin presiones, sin etiquetas de sectores o partidos, todos con un solo fin de defender la noble tarea de producir alimentos, ejidatarios, pequeños propietarios, ganaderos y pescadores, todos coinciden que, o le entramos en un solo bloque o de plano, que se le ponga la etiqueta de “SE VENDE” al Estado de Sinaloa.
Un día al seno de la Aarc del Rio Culiacán, se lanzó a la conciencia pública una campaña de “Te imaginas a Sinaloa, sin Agricultura” y con tristeza les digo, que hoy está más cerca de convertirse en una dolorosa consigna. También me llena de satisfacción que en el seno de mi casa, el Presidente de la misma, el Ing. Enrique Rodarte haya hecho el compromiso con nosotros y con CAADES, de participar en las acciones que en conjunto con las demás Organizaciones del Sector Social, se acuerden para defensa, permanencia y subsistencia de nuestra actividad.
Es de todos conocido que es muy difícil despertar a un despierto, o hablarle al que no quiere oír, y por eso también desde aquí levanto la voz, y hago un llamado puntual, con la voz de más de 28 mil productores, acompañado de las familias sinaloenses que dependen de la agricultura para poder subsistir, del sector comercial e industrial, de los ayuntamientos que también reciben los beneficios de lo que produce el campo, para solicitar el apoyo irrestricto de nuestros legisladores, todos sin que falte uno, que se olviden de su filiación y reconozcan que en Sinaloa es cuestión de honor y orgullo ser Agricultor, a que cumplan con el mandato que les fue conferido y aboguen por el Sector, que entiendan de una vez por todas que los números que se expresan en el PIB, no reflejan el sentido Social y de Justicia, y menos reconocen que un país sin soberanía alimentaria, es más susceptible de amenazas y caprichos que desde el exterior vienen.
Altagracia Gonzalez Gastelum.